A simple vista, el hormigón puede parecer solo un material de construcción, pero detrás de su solidez se esconden datos fascinantes. Desde su capacidad para fortalecerse con el tiempo hasta su uso en monumentos que perduraron por siglos, este material fue clave en la evolución de la arquitectura y la ingeniería.
1. Se vuelve más resistente con el tiempo. A diferencia de otros materiales, el hormigón no se debilita con los años, sino todo lo contrario. Gracias a un proceso llamado hidratación, su reacción química con el agua genera una red de formaciones cristalinas que aumentan su resistencia con el paso del tiempo.
2. Es el material más utilizado después del agua. Su durabilidad, versatilidad y resistencia lo convierten en la base de edificios, puentes, carreteras y grandes infraestructuras en todo el planeta.
3. Los romanos ya lo usaban, y sigue en pie. El hormigón no es un invento moderno, ya que los antiguos romanos lo usaban en sus construcciones. Un claro ejemplo de su durabilidad es el Panteón de Roma, ya que su cúpula, finalizada en el año 126 d.C., sigue siendo la más grande del mundo construida en hormigón no reforzado.
El hormigón no solo construye el presente, sino que resiste el futuro.